sábado, 1 de mayo de 2010

1ª etapa . Banderazo de salida. 1-mayo-2010. Zamora-Tábara

Distancia recorrida: 67,4km
Tiempo efectivo pedaleo: 4h 51 min.
V media: 13,89 km/h.

El día amanece despejado y sin nubes. Con sol. Presagia un buen recorrido.
Salida de Zamora con la íntima sensación de incertidumbre ante lo desconocido en un nuevo camino que se abre, por fín, delante de tí. Desayunamos en la cafetería de la plaza mayor, frente a la estatua del Merlú (Tradición de Semana Santa). Esta capital tiene una gran cantidad de joyas por visitar en forma de templos y edificaciones civiles que se mantienen en perfecto estado pese al paso de los siglos. Bajamos a la estación de ferrocarril a devolver el vehículo que sólo la casa de alquiler AVIS te permite entregar en Zamora, saliendo desde Madrid.




Salimos de la ciudad por la carretera N-630 hasta Riego del Camino. Seguimos las indicaciones que nos marcan las flechas amarillas.
El Camino continúa entre campos de mies, que están de un verde inmenso. Está muy bien señalizado, no es fácil perderse.

Llegando a Montamarta, paramos a ver la iglesia desde fuera y a hacernos unas fotos junto al monolito del Camino que está erigido al lado del templo. En medio de la plaza está plantado un "mayo" de elevada altura y con un muñeco de paja en lo alto. Es una costumbre ancestral que en Castilla se mantiene para celebrar la llegada del mes de las flores en la noche del 30 de abril al 1 de mayo.Seguimos por la orilla del embalse de Ricobayo, que está junto al pueblo, y nuestro querido y abigarrado PeterChampion decide que es el momento ideal de darse un bañito refrescante. Se despoja de su indumentaria y se lanza al agua como si dieran dinero por ello.
¡Qué ansia!
Recordamos que está cumpliendo la promesa que nuestra querida Marian dijo una noche de alegría etílica y en la cual prometió bañarse en el lago de Sanabria cuando pasáramos por él. Como ella está ahora postrada en su lecho de dolor, lesionada del tobillo, y no ha podido acompañarnos, lo hace su cuñado por ella, que es buena gente. Tras los aplausos del respetable ante tamaña "hazaña bélica", proseguimos el paseo. Y es que es un paseo muy agradable pedalear en un día excelente por caminos anchos y carreteras de tercer orden teniendo como compañía todos los pajaritos del campo, los grillos, y otros animales de dos patas que conforman el pelotón de peregrinos ciclistas en el que vamos integrados.
Comemos en Bar Pepe (Riego del Camino) unos fiambres y los consabidos botellines. Es una venta de carretera que se mantiene exactamente igual que hace cincuenta años, el tiempo no ha pasado por ella, pero sí por sus dueños: una señora que quiere jubilarse ya y su marido que nos indican el camino a seguir. A partir de aquí comienza la denominada Variante Sanabresa, que arranca en Granja de Moreruela y pasará por Puebla de Sanabria en lugar de subir hasta Astorga y enlazar con el Camino Francés. Pero por Granja de Moreruela no vamos a pasar ya que no nos recomiendan dar ese rodeo... Nos despedimos y la señora nos aconseja que a las chicas las tratemos bien y que no las peguemos. Esta frase dará mucho juego a lo largo del camino durante los próximos días. Nos aconseja que nos alojemos en Tábara, en el Centro de Turismo Rural El Roble y nos entrega un papel sellado por ellos a modo de salvoconducto. Así lo haremos. Seguimos la ruta desviándonos a la izquierda de la carretera que atraviesa el pueblo para seguir por pista cómoda, de arenisca y guijarros, entre trigales verdes y multitud de flores en las cunetas. Salimos a una pista asfaltada "con brea" como nos han dicho por aquí y salimos a otra pista terrera donde un pastor espera a que pasemos para cruzar con su rebaño, perro y su burro.
Tomamos un camino equivocado a la izquierda que asciende (Con la intención de tener un buena panorámica de lejos del Monasterio de Sta. Mª de Moreruela), mientras el pastor nos reprocha, desde la lejanía, nuestra cabezonería por desviarnos por una senda que no es la correcta. Como yo llevo los mapas e indican un camino a seguir por esa ruta, hacemos caso omiso al buen señor, y a otra señora que estaba viéndonos desde el caserío próximo, los cuales nos dejan por imposible mientras los perdemos tras una curva. Le comento a Lucía, en broma: “¡A ver qué le decimos al señor si tenemos que darnos la vuelta y regresar hacia donde estaba él por no haberle hecho caso! ”. Como si los Hados me hubieran escuchado, nos encontramos con el camino cortado por una alambrada y las puertas cerradas con candado que dan paso a una enorme gravera donde se extraen áridos. Vuelta atrás y nos topamos de nuevo con ambos. Paramos y hablamos con ellos. Yo, con fingido enfado y contrariedad, tiro al suelo los mapas con cierta violencia y, jurando en Arameo, quejándome amargamente por la inutilidad de dichos documentos. El asno del pastor se espanta mientras el buen hombre hace ademán de recogérmelos, asistiendo perplejo a tal actitud del ciclista enojado por no haberle echo caso...
Les despedimos agradeciéndoles la atención por guiarnos por el camino correcto. Seguimos las flechas en cada cruce, en cada piedra en cada árbol de la ruta.
El camino transcurre entre chaparros y un paisaje primaveral precioso hasta que llegamos a la carretera que conduce a Puente Quintos, sobre el río Esla. Tras pasar sobre él nos detenemos para dilucidar si continuar por carretera o por camino a la izquierda, indicando las cualidades de cada uno. El camino circula por un paisaje extraordinario, bordeando la recula del embalse de Ricobayo pero llega a una senda que se empina como nardo de mozo jóven y hay que empezar con el ”empújin” durante un buen trecho. Ésto desanima a casi todo el público, por lo cual, y por hacer piña y grupo, decidimos continuar por carretera para deleitarnos con le primaveral paisaje. He podido contemplar un corzo a mi izquierda en un trigal. Cuando nos ha visto, ha salido dando saltos hacia el arbolado de pinos colindante.
Paramos a “repostar” en el bar que hay pasada la iglesia de Faramontanos de Tábara, donde tomamos unos fiambres y queso bastante apetecibles. Tomamos café bombón y nos llevamos el bote de leche condensada para tener provisiones. Llamo para reservar en Tábara y ajustamos el precio por persona (16€).
Proseguimos hacia el final de la etapa y entramos a Tábara sobre las 18h. Nos alojamos en el Centro de Turismo Rural El Roble, donde nos ofrecen habitaciones en un edificio próximo al del Hotel-Restaurante. Nos hemos aposentado en las habitaciones y, tras asearnos, nos vamos a tomar unos botellines y echar una partida de futbolín. Después, paseíto para ver los monumentos del pueblo. Se cena bastante bien y a buen precio (Creo recordar que como les dijimos que desde Riego del Camino nos recomendaron este sitio, al final nos rebajaron a 15€ por dormir + 10€ cena / persona). (C/ Prado 3, 980 59 03 00 - 650 629 969 info@turismoruralelroble.com / elrobletabara@gmail.com)

Hemos sellado la credencial del peregrino en Riego del Camino y Faramontanos de Tábara, esto quiere decir que nos hemos encontrado con multitud de templos, y otros lugares, cerrados para sellar según pasábamos por las diferentes localidades de la ruta.

1 comentario:

barre1968 dijo...

Me parece una experiencia preciosa e inolvidable la que habéis tenido la suerte de disfrutar.