Acumulado: 475,59 km
Tiempo empleado: 6h 30min
Vmed.: 11,01 km/h.
V máx.: 59,29km/h.
Me desperté a las 6 y me levanté a mear. Crucé toda la nave para ello y ví a la peña preparándose para salir. Al volver a mi litera escuché al salvaje de Juan pegándose unos bufidos espectaculares. Pero él dormía plácidamente, de espaldas al mundo real tras de sí. Le moví levemente para que cejase en su empeño y se cayó (Lean su versión del asunto en su blog, qué demente). Nos levantamos a las 7 porque nos encienden la luz y el alboroto es un poco más ruidoso que el que viene escuchándose desde las 6 de la mañana porque los caminantes comienzan a hacer el petate entre la penumbra de la estancia. Además, el grupo de sevillanos comienzan a contar chascarrillos y anécdotas de los sucedido durante esta noche: que si no veas como roncaba éste (Juan), que a veces parecía que hacía el caballito..., que si he estado a punto de levantarme y pedir la cuenta que me voy..., que si el alemán aquel no entiendo porqué se enfada conmigo si le he dicho que yo ronco en español..., bueno, nos hemos pasado un rato increíble, carcajadas y risotadas diversas. Estos sevillanos tienen una guasa y un gracia especial, son la pera.
Salimos a por las bicis, que las tiene el cura guardadas en un garaje, Juan advierte cierta maniobra extraña en un peregrino que estaba sacando la bicicleta de Luis y le reprende. ¡Qué jeta, el colega alemán se quería llevar otra bici! El cura, con ese gesto de bondad fingida, nos dice que es fácil equivocarse. Este hombre ha bebido mucho esta noche, no se puede disculpar un echo así. No me gusta que la gente se comporte de esta forma abyecta. Se la podíamos haber montado una bien gorda, pero no nos apetece liarla hoy.
El monasterio es espectacular, extraordinario,
Desayuno reparador en una cafetería, bajando por la calle principal a la izda.,
Salimos a pedalear, pronto comienza el calor, ascensos suaves (sudar) y bajadas por sombra (frío) por carretera hasta que entramos en Sarria
Clásica etapa en la Galicia profunda con constantes subidas y bajadas por las corredoiras gallegas
La ruta es increible
Proseguimos ruta y pasamos a 400 m. del alojamiento de la parentela pero el acceso no parece que sea difícil, por lo que el gen Zugasti apresura al grupo a seguir sobre la ruta (¡!).
Tomamos un pinchito de media mañana en el bar de una señora y una chavala muy guapa a la que volvemos a asediar con chorradas. Nos partimos de risa otra vez

Volvemos al camino

El arbolado es espectacular,
Seguimos las indicaciones de flechas amarillas, que se encuentran por todas partes.
El paisaje invita a la placidez y al relajo.
Antes de llegar a Portomarín nos encontramos con una bajada empinadísima en la que se pueden alcanzar velocidades de vértigo que casi disfrutamos a tope si no llega a ser porque nos topamos de frente con un tractor que subía en dirección contraria, gracias a la característica pericia que nos lleva a no cometer imprudencias pasamos a su lado con rabia contenida. El del tractor pensaría igual de los ciclistas que ocupan el camino y no le dejan circular tranquilo hasta el prado. Nos encontramos con la familia en Portomarín,
Una vez degustados los alimentos típicos con placidez y con los nuestros, nos empieza a entrar un cierto sopor que debemos apaciguar, en nuestro caso, con salir de inmediato a darle al pedal. No hay tiempo que perder y aún queda mucha distancia por recorrer. Comenzamos, cómo no, con una cuesta arriba que pica bastante los músculos perneros.
Los paisajes se suceden con rapidez y agrado, esta zona es preciosa y el colorido es fabuloso.
En ocasiones nos encontramos con carteles informativos de los lugares por donde pasamos.
Continuamos hacia Palas de Rey,
Los tramos de camino son de una belleza espectacular
Gracias a la perfecta coordinación con las señoras, las nuestras, Juan les ha dicho dónde tienen que reservarnos alojamiento. Y así lo han hecho. Vamos a un lugar, dicen, de mucho descanso y reposo. Gran labor.
Tras una larga marcha vespertina, eso sí preciosa, por fín, nos alojamos en un albergue privado: Casa Bolboreta. Lo regenta un joven matrimonio. Muy majos y agradables. Muy recomendable.
Tenemos habitación decente para tres personas y con baño. La zona es muy tranquila. Nos han recibido unos matrimonios muy simpáticos y dicharacheros, son Vitorianos y nos han comentado que traemos mucha carga. Estos cachondos van haciendo el camino con coche de apoyo y les llevan el peso en coche, así ya se puede hacer, sin 15 kg menos se camina muy bien.
La cena la pusieron en la mesa sobre las nueve de la noche y la engullimos como si estuviéramos en casa. Tras las entradas de revuelto de champiñón, fiambres y ensaladilla caseros, nos colocaron un churrasco con chorizos criollos, regados con vino de la zona, cerveza y cocacolas que quitaba "er sentío". Tras los postres les comentamos a los dueños la necesidad que teníamos de usar acceso a internet para actualizar blogs y se prestaron muy amablemente a dejarnos conectar aunque su conexión era de las lentas con módem telefónico (56 kb/s). Los dueños se fueron a dormir y nos dejaron solos. Son buena gente que confía en los demás, sin problemas... , no como en las ciudades... Muchas gracias, que lo sepa todo el mundo. Juan y yo pudimos actualizar algunas etapas, Luis, que se dormía esperando su turno, se fue a la cama. Mañana lo hará.