domingo, 26 de abril de 2009

1° etapa: León - Pajares (25/04/2009)


72 km de recorrido para empezar. Hemos acabado cansados, algunos muy cansados y alguno machacado.
Las previsiones meteorológicas apuntaban muy mal debido a que estaría lloviendo todo el día, pero el Santo nos ha premiado con un día de huevos fritos: nublado y sol. Primeros problemas mecánicos con mi cadena, se sale con piñón grande. Solución: no engranarlo y ya lo ajustaré algún día de éstos... o no.
Con paso tranquilo y con sol, vamos pedaleando con ambiente distendido hasta que comenzamos a pasar las primeras cuestas lo que nos obliga a apretar dientes. El momento duro de la mañana fue la subida a la Loma de San Pelayo. No creía que fuera a ser tan dura, nos hemos tenido que ayudar unos a otros, empleándonos a tope. Nos ha costado mucho, mucho, mucho esfuerzo subir. La pendiente debía ser del 45%, una pesadilla. El terren, de tierra suelta y guijarros, resbalaba bastante y no permitía pisar sin que se deslizaran los pies. La lluvia intentó aparecer, aunque de forma tímida, en varis ocasiones aunque no llegó a mojarnos mucho. José Luis tuvo problemas con la rodilla y no se le quitaron ni con el descanso en la comida. Pareció que iba a retirarse hasta que en Buiza subió el sillin. Mano de Santo. Cuando se vio sin molestias era el más feliz del mundo y tiraba como un poseso. No había quien le echara mano. La cosa se puso fea cuando la lluvia arreció en Busdongo, allí Luis compró unos bollos que reanimaron las justitas fuerzas del personal. El Hostal estaba cerrado y nos dijimos que tiraríamos hasta el albergue de Pajares. En ese momento comenzó una ventisca de nieve que nos hizo pasarlas de a kilo.Las fuerzas estaban muy justas y el final de etapa era subir al alto de Pajares... Con niebla cerrada, con 1 grado de temperatura y nieve y viento que te frenaba la subida. Un infierno que costó Dios y ayuda superar. Paramos en la Colegiata de Sta. María de Arbás pero la niebla no nos dejó verla en toda su hermosura, además se encontraba cerrada. Proseguimos el ascenso hasta que llegamos a coronar el alto del Puerto de Pajares. Nos refugiamos en una taberna abierta, el cual tenía una acogedora lumbre encendida, que reanimó al personal, además del vaso de leche caliente con miel que nos tomamos y sirvió para entonar los maltrechos y ateridos cuerpos por el frío. Luis estaba desencajado y casi feneció en la subida. La bajada por la vertiente asturiana fue peligrosa por la casi nula visibildad con la niebla y la ventisca que nos envolvía. Pero como todo esfuerzo tiene su recompensa, llegamos al pueblo de Pajares (a 5 km del puerto de mismo nombre) y allí nos esperaba Marisa, en el albergue, a la que habíamos avisado de nuestra llegada. La calefacción la encendió para nosotros 5, los únicos peregrinos. El albergue tiene 1 año y es un lujo.
Tras el aseo de rigor al bar del pueblo, al cual, Marisa, un cielo, había informado de nuestra presencia. Muy rico y bien atendidos, nos fuimos a descansar y a recobrar fuerzas.

Traslado a León (24/04/2009)

Tras recoger furgoneta y utilitaro, José Luis y yo, recogemos a Luis, Juan y Peter Champion. Recolocamos bicicletas y alforjas. Nos comemos unas croquetas y boquerones en vinagre que ha hecho Yolanda y nos piramos como los campeones hacia el algergue municipal de León. Tras un viaje tranquilo y sosegado llegamos a destino sobre las 20h. y nos instalamos en una habitación para nosotros sólos. Salimos hacia el barrio Húmedo a cenar, quedamos a ver a Agustina en su Taberna del Obispo, lugar recomendable (Pza. de puerta del Obispo, 15). Luego una morcillita de León en La Bicha, unas pizzas en otro lugar y para completar la gracia, unos cubatas en el Julius, ambiente curioso... los personajes procedían de un remake de la taberna de la Guerra de las Galaxias.