miércoles, 7 de mayo de 2008

EPÍLOGO


Con la perspectiva que te da la distancia en el tiempo, se reviven los episodios compartidos con tus amigos y te das cuenta de lo importante que es lo que has conseguido acabar con éxito.
Los recuerdos se agolpan en tu memoria como si se tratara de sucesos acaecidos hace mucho tiempo.
Extrañamente, la sensación de sufrimiento que se sentía en ciertos momentos de cada etapa se desvanece hasta casi rememorarlo como algo casi llevadero.
Doy las gracias a mis amigos Luis y Juan por haber compartido y vivido unos días de mi vida realmente importantes. Todo lo que he hecho con ellos en este tiempo queda grabado en el recuerdo como algo que ha merecido la pena.
Ortum te deum, amicorum.