Tiempo efectivo de pedaleo: 4h 32min. 2 seg.
V máx: 51,72 km/h.
V media: 15,97 km/h.
El día amanece plomizo y lluvioso. Llueve y llueve y llueve, y jarrea. No nos abandona el agua, por lo que decidimos hacer la etapa por carretera. Un lástima no ir por caminos, pero creemos que debemos hacerlo así.El trayecto pasa rápido y no exento del peligro que supone transitar por una vía en la que los camiones pasan a nuestro lado bufando como toros.
En Bandeira nos detenemos para ver donde sellar y tomar un tenteempié. Un buen señor se para a comentarnos que en el bar de enfrente estaremos bien. Tras hablar un ratito más con él se presenta como el sacerdote de la parroquia. Entablamos conversación en el bar y se ofrece a recogernos las credenciales y sellarlas. Se las lleva y nos las devuelve al momento selladas. Gran detalle el de Don José, le estamos muy agradecidos. Nos regala unas credenciales especiales que ellos tienen y nos las dá por si nos sirven. Otro ángel del Camino.
Pasado Puente Ulla el tiempo parece que se va arreglando y sale el sol después de alguna que otra pequeña tempestad de agua. Esto ocurrirá, a lo largo del día, como unas 733 veces...
El sol está afianzándose, con lo que proseguimos la marcha.
Antes de entrar a Santiago, una chavala detiene su coche delante de nosotros en una rotonda. Estamos viendo los mapas y nos pregunta cómo puede ir a Milladoiro. PeterChapa le muestra, en su “FredPerry” de avanzada generación, por dónde debe ir. La chica se muestra encantada por el exquisito trato recibido y se marcha apresurada porque llega tarde.
A la entrada de Santiago, nos paramos a hacernos las fotos de rigor en los carteles de carretera que así lo indican.
Callejeando y entre el tráfico rodado nos vamos acercando al centro de la ciudad. Al llegar a la zona peatonal (Rúa do Franco),
afloran profundos sentimientos, como siempre que llego aquí y veo cumplido, otro año más, mi deseo. (Vamos, que me pongo ñoño...) Nos dirigimos, sin perder tiempo, a la Oficina del Peregrino donde nos extienden la Compostela. No hay que esperar pues hay muy pocos peregrinos, así que nos dirigimos, ahora sí, a la Plaza del Obradoiro. Otra vez que me pongo “mú ñoño”... Voy circulando con la cabeza “gacha” hasta que llegamos al centro de la Plaza. Es en ese instante, y frente a la majestuosa fachada principal de la Catedral, cuando levanto la cabeza y alzo la mirada para saludar al Santo. Y ahí está, recibiéndonos de nuevo, como en años precedentes.
Reto conseguido. Y digo bien. Ya no vamos a hacer más trayecto. La ruta a Muxía la haremos motorizados mañana, que es más agradable y descansado. Esta noche llega la familia y me apetece disfrutar de ellos y su compañía todos juntos este fin de semana, sin el obstáculo que suponga nosotros haciendo una etapa más en bici y la familia de excursión por otro lado.
Con la satisfacción del deber cumplido nos sentamos a tomar unas cervezas en un bar mientras decidimos la manera en que nos vamos a trasladar los 8 hasta la casa rural que tenemos reservada cerca de Urdilde (Unos 20 km al oeste). Y tras un ratito, decidimos ir todos en el mismo vehículo: las chicas en la cabina y los cinco en la caja, como los emigrantes ilegales, entre todos los bultos. Nos dirigimos a dejar las bicis en la furgona y, tras un buen rato recolocando todo, bicicletas, bolsas y alforjas, nos aposentamos con cuidado para que nos acerquen a destino. El viaje es agobiante y claustrofóbico porque no hay ventanas y empieza a hacer mucho calor.
Nos instalamos en las habitaciones y tomamos posesión de ellas. Un ratito después de asearnos y ponernos de ”personas humanas limpias” salimos a esperar a los nuestros. Cuando llegaron los nuestros les recibimos con emoción y con grandes besos y abrazos. Todos muy contentos por vernos de nuevo.
Y por volver a ver, también, de nuevo a Marian y Juan Zugasti, que no pudieron hacer el Camino con nosotros.
Y por volvernos a reunir todos otra vez.
Gran cena animada y bien atendidos por el dueño de la casa.
Y "de beber y de beber"... el albariño está exquisito, no os lo perdáis. Es de una cosecha de excedentes que trae este buen hombre y sienta perfecto. No deja ni un mal dolor de cabeza. Recomendable el lugar.Esta noche dormiremos de lujazo.
Y ésto se va acabando poco a poco... ... ...
Hoy hemos sellado la credencial del peregrino en Taboada, Bandeira, Lestedo y Santiago.