lunes, 4 de mayo de 2009

7ª etapa: Lugo - Arzúa (01/05/2009)

La mañana aparece con un cielo despejado y un sol radiante. Tras haber soportado esta madrugada a los chillones beodos nocturnos, abrimos el ojo y nos levantamos para recoger los trastos y vuelta a empaquetarlos en las alforjas. ¡Vaya tarea ímproba! Todos los días hay que hacerlo varias veces porque siempre falta algo que meter dentro o sacar cuando ya está todo colocadito y, claro, con estas edades ya no riges bien y no recuerdas dónde quedan las cosas, máxime si además las alforjas externamente son iguales. Vamos, un rollo...
Salimos a desayunar unos "cafeses" con tostadas y bollitos. Retornamos a por las bicis, las cargamos y nos piramos a visitar la catedral. Sellamos credencial en la sacristía y echamos un ojo por dentro. Es preciosa esta catedral. Fotos por el exterior y nos vamos a seguir la ruta. En la salida de Lugo están los mojones del km. 100,9, el del 100,6 y el del km. 99 pero no hay uno con el km.100 exacto...
Primeras rampitas para calentar, veo que voy a ir con el freno de mano echado, no tiro bien. Ni mal, no tiro. Como me tomé la pirula anoche, pues, claro, ahora estoy con el limitador de corte de inyección activado. Dichosas farmacopeas...
Vamos recorriendo la Galicia rural por caminos de paisajes preciosos, con el sol y la brisita fresca se está de cj..nes. Paraditas a ver iglesias, aldeas, flores, animalitas, animalazos, fotos por doquier.
Llega la hora del aperitivo y nos paramos en la Taberna de San Román de Retorta. Los lugareños tienen el local animado. Refrescamos el gaznate y picamos algo en la barra. Mientras, conversamos con el dueño, quien, afablemente, nos explica lo cotidiano de su existencia en el local, y vivienda. El vino lo hace él con uvas que trae de Xantada, el chorizo también lo hace él (en este caso,creo que las uvas son de otro lugar). Decidimos comer allí y salimos al prado a sentarnos al sol con unas sillas alrededor de una mesa en la que nos sirven refrescos y unos embutidos y queso que nos matan el hambre a placer. El amable señor, Xaime, nos hace fotos, nosotros con él y quedamos en enviarlas por correo ordinario pues "elinternés" no lo tiene todavía. Nos paramos a posar junto al miliario romano (una réplica del original que se encontaron aquí en tiempos y ahora se exhibe en Astorga) que está en frente. Nos despedimos de esta buena gente y seguimos la "parada" de la amistad. Y es que en estos viajes vas haciendo amigos por todas partes, te dá tiempo a conversar con los paisanos y los compañeros de peregrinación. A Pedro le cunde más, es que es un profesional de la RRPP. Llegamos a Melide sobre las siete de la tarde y nos encontramos a la familia de Juan y a su hermano D. Álvaro Zugasti, árbitro internacional, con la suya. Efusivas muestras de salutación y nos vamos corriendo a Ezequiel, a por el mítico pulpo. Muy bueno, pero no podemos parar mucho tiempo o la noche se cierne sobre nosotros, que aún no sabemos si dormiremos en Riradiso o en Arzúa. Lo iremos viendo a medida que pasemos por allí. El camino es de una belleza increíble. Y vamos completamente sólos, no vemos a nadie por el camino. Son las ocho y llegamos a Ribadiso, sellamos, vemos el albergue y tras admirar estas instalaciones limpias y en medio de un enclave excepcional, decidimos seguir un poquito más hasta Arzúa. Así mañana la etapa será más corta hasta Santiago: un paseo militar.
Llegamos a Arzúa y nos alojamos en el albergue privado Ultreia. Muy bien. Como Pani y yo "roncamos mucho" nos han recluído en una habitación para dos. No se crean que es un lujo... ;-)
Salimos a cenar con las familias Zugasti. Nos cuesta unos buenos paseos localizar algún lugar donde admitan 17 personas para cenar... pero, al fín, damos con uno que nos atienda, cenamos casi bien.
Sobre las doce nos retiramos, que hay que madrugar. ¡Qué mal dormiremos hoy!

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