viernes, 2 de mayo de 2008

4ª Etapa: León - Rabanal del Camino 29/04/08

Tiempo empleado: 6h 12min.
Vmed.: 12:07 km/h
Vmax.: 49 km/h
Distancia recorrida: 74,94 km.
Acumulado: 274,81 km.

Nos estamos encontrando con un problema bastante común por estos lares: o la conexión a internet ofrece pocos puestos para actualizarnos los tres (Juan, Luis y yo) o no existe porque están los equipos con problemas y no encontramos lugares donde conectarnos para actualizar el blog. Esto obliga a dejar varias jornadas sin poner al día las crónicas de la ruta.
Nos hemos levantado cansados y con muchísimo calor, tanto por los efectos del Barrio Húmedo esta noche, como por la elevada temperatura ambiente con que se mantiene el albergue. Los ronquidos de Luis se han hecho notar a los 12 seg. de haberse tumbado en la cama... Juan tardó algo más pero ambos comenzaron el concierto de trombones y no dejaron conciliar el sueño más de dos horas seguidas a ningún peregrino.
Tras preparar las bicis y las alforjas adecuadamente salimos de León, sin indicaciones de flechas amarillas, con mucho frío y viento. Empiezo a notarme algo extraño que no me permite tirar cómodo, no sé qué estaré incubando.



Los páramos por los que transitamos se han hecho interminables y los caminos se encuentran con mucha piedra, lo cual castiga el ánodo más de lo normal. Pasamos por Hospital de Órbigo, vemos el imponente puente de entrada y detalles del día a día de la localidad, entre ellos, el estanco-tienda con venta de productos que creía en desuso como el chisquero, un encendedor con mecha que no enciende con llama y que lo han usado nuestros abuelos,también existe esta bici tradicional de paseo que aún se mantiene dignamente y presta sus servicios con eficiencia.


Comienzo a notarme cierto síntomas inequívocamente indicativos de que estoy resfriado y me noto con décimas de fiebre. Comienzo con los escalofríos típicos de esta situación. Me encuentro débil, tanto, que no consigo una marcha normal y me fatigo rápidamente. Paso a una farmacia y comienzo con el tratamiento a base de Frenadol. Estoy hecho polvo y no levanto cabeza. No consigo pasar de 90 latidos por minuto, cuando lo habitual en estos casos es que de 120 no se baje.
Seguimos por visitar Astorga, todo cerrado, catedral incluida. Nos comemos un cocido maragato importante en Castrillo de los Polvazares, el cual me repone algo de mi malestar general.
El camino se va cubriendo de nubes y presagia que se va a romper el cielo sobre nuestras cabezas.
Seguimos por Sta. Catalina de Somoza y, en la entrada del pueblo, nos paramos a hablar con un señor que vende los bastones y recuerdos que construye a los peregrinos. Se hace agradable la conversación con él, nos reímos mucho, es muy dicharachero. Seguimos ruta tras sellar en el albergue de su hijo.
Nos paramos junto al roble del peregrino, un gran árbol abuelo que, en su larga vida, ha visto pasar a infinidad de peregrinos e inconscientes aventureros.
Llegamos a fin de etapa, Rabanal del Camino, lloviendo y con bajas temperaturas. Se ha hecho interminable, estamos helados de frío y con los rostros desencajados.
Nos dirigimos al albergue Nª Sra. del Pilar y nos recibe Isabel, la hospitalera, con una exclamación de lástima: "¡Pero míralos como vienen, pobrecillos!"
El albergue estaba hasta los topes pero nos han hecho hueco para dormir y nostros le agaradecemos infinitamente la acogida.
Vamos a misa del peregrino, cantada por dos monjes con canto gregoriano, que es un placer asistir. Estamos muy cansados.
La cena es a base de leche muy caliente y miel con magdalenas, junto al calor de la lumbre en el salón donde se puede descansar y comer tranquilamente. He acompañado con un trozo de empanada para tener algo sólido en el estómago por la noche no sea que me entre el desfallecimiento y me coma al de al lado. Luis está machacado y se está tomando las medicinas que le sugieren los sabios en la materia, aunque Isabel le indica que lo que tiene es un atracón. Un frenadol, y a la cama, a descansar. Luis y yo dormimos en un barracón y Juan se pasa la noche en otro barracón.
Se tira toda la noche lloviendo, nevando y roncando. Buenas noches.

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