viernes, 30 de abril de 2010

Prólogo

30-abril-2010


Nos reunimos en casa de nuestros queridos amigos Pedro y Yolanda, nos esperan con ansia pero hasta que no hemos salido de trabajar no hemos podido llegar antes...
Allí están Marian y Juan a quienes la mala pata y la mala leche, por este orden, no les ha permitido venir al Camino este año. Cargamos en la furgo las bicicletas y demás material. Nos despedimos de nuestros amigos con un nudo en la garganta por la rabia que dá el que se queden en tierra por una mala pasada de la fortuna.

Salimos de Madrid hacia Zamora a las 17h. (+ ó -) con el coche alquilado y la furgo, que la conduce Yolanda , y disfruta de ella, como la camionera feliz. La llegada a Zamora se realiza sin problemas y con mucha emoción pues nos hemos reunido con José Luis y El Rey de los belgas, que salieron de Sevilla hace semana y media.


Nos hemos dirigido al albergue publico, a tomar posesión de alojamiento, que está muy nuevo y bien conservado. Está detrás del Parador y es un lujo. Tiene varias habitaciones de 8 plazas aprox. , son bastante confortables y limpias.


Una vez instalados, salimos a cenar por el casco antiguo y nos tomamos unas raciones, con foto incluida de grupo y con la camarera para seguir la tradición que instauró y consolidó Juan Zugasti.




A las 22:25h entramos a dormir al albergue, pero nos quedamos charlando un rato con los hospitaleros (que acaban de tomar el relevo al hospitalero saliente y son germanos, les hace mucha ilusión).
Nos acostamos pero el sueño tarda en apoderarse de uno, máxime, si como sonido de fondo tenemos un concierto de Fito y los Fitis en el Pabellón. Se oye que alucinas. Y gratis. Zzzzzzzzzzzzzzzzzzz.

jueves, 29 de abril de 2010

En capilla

Como viene siendo un clásico, todos los años por estas fechas me estoy preparando para mi periplo Caminero, con cierta parsimonia, pero sin pausa. Al fin y al cabo no es la primera vez que lo hago, ya es el tercer año consecutivo, lo cual te da un plus de afianzamiento en estos asuntos de furrielería. Cierto es que mis allegados y familiares directos están algo sorprendidos pues uno no muestra señales externas de preocupación por lo que se nos viene encima. Uno ya está curtido en estas lides y, con la experiencia que se adquiere toreando en plazas de toda categoría, te empapas de una especie de manto que te preserva de influjos externos cotidianos.

Hace unos días fuimos a por la credencial a la Iglesia de Santiago, (Parroquia De Santiago Y San Juan Bautista‎. C/ Santiago, 24, 28013 Madrid )
en donde asistimos al solemne acto eucarístico y desde donde recibimos la Bendición del Peregrino para que el Santo nos proteja en nuestro deambular por esas tierras de Dios. Se trata de cumplir con un acto revestido de simbolismos y que añaden valor a las andanzas en las que nos vamos a ver inmersos en breve.

La celebración posterior, insospechadamente, se prolongó hasta altas horas de la madrugada. (Menos mal que el Santo nos echó una mano, porque entre tanta loba suelta, no sé ni cómo salimos indemnes.)

Posteriormente, el grupo, con el que voy a recorrer el Camino de Fonseca desde Zamora hasta Finisterre, se ha reunido en varias ocasiones para coordinar la impedimenta, traslados, salidas domingueras a entrenar, tomar cañas, etc. O, como diría un conocido personaje de chiste fácil: “¡Vamoj, lo nommal!”

Ciertos acontecimientos empañan y obscurecen el ambiente grupal puesto que se han instalado para enturbiar un excelente clima en cuanto a la ilusión y alegría depositados por todos para llevar a cabo esta experiencia.
Juan Zugasti nos ha contado, ante las asombradas caras de los congregados, que no podrá venirse con nosotros al camino por problemas laborales y desavenencias con el órgano director de su empresa. Sé que la procesión la llevas muy dentro, pero, por favor Juan, no sufras más, que tendremos muchísimas más oportunidades en la vida para desquitarnos con salidas y viajes de largo recorrido en bici y sin bici. ¡Ánimo, machote!
Por otro lado, nuestra querida amiga Marian, no ha querido salir un domingo con la grupeta ciclística y nos cambió por tener que pirarse a participar en un campeonato de esgrima como experta padaguan que es. Y se vá a Guadalajara a tirar y vá y se esguinza un tobillo... Mosqueo y cabreo y dolor e impotencia ante tamaña adversidad. Nos cuenta que tiene para varias semanas, al menos dos, con lo que no podrá salir, tampoco, al camino. Marian, mantente tranquila pero firme en tu actual situación, que hay que recuperarse bien. No te me revoluciones.
¿Quién nos ha mirado tan mal?
De todas formas, contaremos con su presencia el fin de semana del 8 y 9 mayo cuando lleguemos a Santiago y Finisterre.

Nuestros amigos, y compañeros, Luis Y Pani, salieron hacia Sevilla el pasado miércoles 21 y están pagando sus pecados por rutas que se han hecho muy, muy, muy duras por los acontecimientos y adversidades sufridas. Pero lo hacen con gusto y están fuertes (de coco y pellejo). Además, la época en la que estamos (Primavera) hace que el trayecto sea un placer, por su belleza, para los sentidos. Hablamos todos los días y les animamos. Saben que "nunca caminarán sólos". Nos vemos en Zamora mañana y allí nos reuniremos para contarnos sus peripecias.

Los preparativos van despacio pero seguros. O, al menos eso pienso, todo será que eche en falta algo cuando lo necesite en algún lugar del trayecto. ¡Qué cabeza la mía! Cada año que pasa voy experimentando en primera persona el efecto del alemán dentro de mi ser. Espero que dure muchos años ese efecto aunque de forma muy leve, y no contundente, y me permita vivir y dejar vivir a los míos con calidad.
La bici revisada, la ropa seleccionada y compartimentada, los efectos personales casi dispuestos. La Credencial. Creo que está todo en orden.
Mañana salimos a Zamora y la suerte está echada.

ORTUM TEDEUM